Marcar las diferencias. Discursos feministas ante un nuevo siglo / Victoria Sendón De León
Lectura del Club de Ensayo
Después de un cierto parón en la teorización feminista y tras un desencanto político y personal generalizado, algo empieza a moverse de nuevo. Los grupos de mujeres se dinamizan y necesitan poner al día pensamientos que cambiaron la vida y el mundo sin violencia, presentes tanto en las barricadas de la lucha política como en las catacumbas de la transformación personal. Otra vez el debate está en los foros, porque la amenaza de un modelo patriarcal tan cercano a la barbarie nos exige “marcar las diferencias” en lugar de integrarnos ingenuamente en su río revuelto. Y todo esto, cerrando y abriendo siglo, no puede ser más que un balance y una estimación de perspectivas para el mundo que viene.
Victoria Sendón es una filósofa nómada, una escritora sedentaria, feminista a tiempo completo y “teóloga”. Desde hace algunos años, más conferenciante que nunca, pero como no quiere hablar por hablar ha decidido recoger sus palabras en este libro.
octubre 10th, 2008 a las 17:10
Os aconsejo que leais esta entradilla sobre publicidad sexista que viene muy a cuento del libro que estamos leyendo.
http://otracordobaesposible.wordpress.com/2008/09/29/la-calculadora-cientifica-de-el-pais-es-para-los-chicos/
octubre 21st, 2008 a las 19:45
No escribe nadie del Club, sois un poquito parados en esto de Internet. A mi el libro me está pareciendo un poco deslabazado pues se trata de varias conferencias unidas.
Sobre todo el capítulo filosofico me ha resultado un poco duro.
octubre 23rd, 2008 a las 13:10
Bueno, pues me voy a animar.
De los 5 capítulos, llevo leídos 2. Sin embargo representan más de la mitad de libro, y de hecho creo que el primero, ese donde se intenta definir qué es el “feminismo de la diferencia”, va a ser el más importante.
Aunque soy varón, siempre me he considerado a mí mismo como feminista. Eso no me ha impedido ser crítico con algunos discursos y actitudes feministas. Con éste de Sendón de León estoy muy de acuerdo. En la reunión que tengamos se podrá entrar en más detalles y matices.
Y estoy de acuerdo porque siempre he entendido la cuestión de la igualdad (ahora a su sentido más amplio, no sólo el de genero), como una cuestión básica y exclusivamente de derechos. Es decir, todas las personas debemos tener los mismos derechos, aunque todas las personas seamos de hecho diferentes. Cada una tiene su propio desarrollo, y su propio destino. El destino, por cierto, se labra; no es algo que nos toca en un sorteo.
Resulta, y esto no lo podemos ni lo debemos negar sino aceptar, que cada persona parte o da comienzo a su viaje desde una situación muy diferente. A veces radicalmente diferente. Es decir unas son blancas, otras son negras; unas son altas, otras son bajas, unas nacen en una familia o país pobre, otras en la riqueza; unas … otras… Y así hasta el infinito, haciendo que en realidad cada persona sea, en definitiva, única.
Una de las divisiones más claras e importantes con la que damos comienzo a nuestro viaje por la vida es la del sexo con el que nacemos. Por haber nacido mujer u hombre ya tenemos un montón de cosas que nos diferencian. Hablaremos de ellas en la reunión.
octubre 24th, 2008 a las 13:07
Al final Juanma Zurita comenta poco el libro y habla más que nada de sus actitudes vitales y pensamientos.
Os copio esta frase del libro:
Pagina 65: Las intelectuales se fueron aparcando en los estudios de género y el resto se refugió en la privacidad.
octubre 24th, 2008 a las 13:17
Una aportación interesante de Javier Ortiz sobre el lenguaje y las diferencias.
Vosotras y vosotros
Tengo amigos que no ven bien mi adicción militante al lenguaje no sexista, que ellos llaman “políticamente correcto”, formulación que no acepto, porque me parece políticamente incorrecta. Consideran que tener en cuenta constantemente que en el mundo habitamos tantos hombres como mujeres resulta afectado, forzado.
Recuerdo que, allá por los comienzos de los años ochenta del pasado siglo, salió un muy interesante trabajo académico escrito por una mujer que empezaba diciendo: “En los orígenes de la Historia de la Mujer (y, cuando digo la Mujer, incluyo por supuesto a los hombres)…” Magnífico, ese modo de dar la vuelta al calcetín del lenguaje.
Ya sé que la Academia Española sostiene que “hombre” significa “ser animado racional, varón o mujer”, pero también sé que esa definición esta hecha por hombres, algunos de los cuales son de un machismo rijoso que tira de espaldas (aparte de seres muy poco animados). Son los mismos sesudos académicos que hasta hace bien poco sostenían en su diccionario que “alcaldesa” significa “mujer del alcalde”.
Yo me gobierno a este respecto (y a otros muchos) por dos axiomas que considero claves.
Primero: el lenguaje dominante es el lenguaje de la clase dominante. En razón de ello, rechazo los razonamientos indolentes del tipo de: “Bueno, no es más que un modo de hablar”. Respuesta elemental: “Ya, pero ¿cómo hemos llegado a ese modo de hablar?”. Usamos un lenguaje que rezuma machismo, clasismo y racismo por los cuatro costados. Estoy hasta las narices de que me hablen de coñazos, de cabrones, de si Dios quiere, de meriendas de negros, de que este o el otro va hecho un gitano, de que el de más allá es un ladino, o un cafre… El lenguaje refleja el orden social, sus categorías, sus jerarquías. Cuando las reproducimos acríticamente contribuimos a su eternización.
Segundo axioma, cercano del anterior: lo que no se nombra no existe. Si nuestro modo de expresarnos elide a las mujeres, dándolas por sobreentendidas, despreciamos lo mucho de específico que tienen. Aunque no lo hagamos aposta: el subconsciente es muy traidor.
Lo escribo para que se lo piensen. Ellas y ellos.
___________
(Aparecido en Público el 17 de octubre de 2008
noviembre 3rd, 2008 a las 22:47
La autora tiene un blog más interesante que el libro:
http://victoriasendon.blogspot.com/2008/10/ha-sonado-la-hora.html
Disfrutadlo.
noviembre 10th, 2008 a las 23:30
http://www.eldiadecordoba.es/article/cordoba/275484/solo/tres/cada/diez/docentes/la/universidad/son/mujeres.html
Sólo tres de cada diez docentes de la Universidad son mujeres
El equipo de gobierno de la UCO no es paritario, ya que sólo cuenta con dos vicerrectoras en su seno, además de la secretaria general, María José Polo
Lourdes Chaparro | Actualizado 10.11.2008 – 01:00
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Una sesión del consejo de gobierno de la UCO.
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Ni por asomo. La paridad no ha llegado aún al seno de la comunidad universitaria, aunque las mujeres son las que más inician estudios superiores cada año -sobre todo en el área de Humanidades y en la Sanitaria- y aprueban en mayor medida las pruebas de acceso. Prueba de ello es que sólo tres de cada diez profesores que imparten clase en la Universidad de Córdoba (UCO) son mujeres, según los datos ofrecidos pro la institución académica.
La plantilla de personal docente e investigador de la UCO está formada por 1.482 personas, de las que el 32% son mujeres y el 68% hombres. No obstante, el número de profesoras ha experimentado un ligero incremento desde el curso académico 2006-2007, cuando su porcentaje era del 29%.
Uno de los datos más llamativos es el escaso número de mujeres que consigue convertirse en catedrática, puesto que de los 157 que tiene la UCO, sólo 16 son féminas -una más que el pasado curso académico-. La diferencia también es significativa en el caso de los profesores titulares de Universidad, ya que de un total de 428, sólo 141 son mujeres, frente a los 287 hombres que cuentan con esta plaza. La situación es la misma en el caso de catedráticos de escuela universitaria: 40 varones frente a 14 mujeres y también en el reparto de profesores titulares de Escuela Universitaria: 54 féminas frente a 68 hombres.
Pero donde la diferencia es más llamativa es, sin duda, en la composición del equipo de gobierno que dirige José Manuel Roldán Nogueras. Y es que la dirección de la institución académica tan sólo cuenta con dos mujeres entre sus filas como vicerrectoras: María Isabel González Roncero, responsable del área de Internacionalización y Cooperación, junto a Julia Angulo, vicerrectora del Espacio Europeo de Educación Superior y Estudios de Grado. Ellas son las únicas en el consejo de gobierno, aunque la secretaría general de la UCO también está ocupada por otra mujer, María José Polo.
Aunque el género masculino ocupe los cargos de mayor responsabilidad en la institución académica, algunas mujeres también desempeñan funciones importantes, como Rosario Mérida, que se encarga de la dirección del Espacio Europeo de Educación Superior, Carmen Tarradas, que está al frente de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación, o Rosario Moyano, la directora del servicio de Experimentación Animal. Todas son directoras, pero ninguna profesora de la UCO es decana de ningún centro académico, sólo Caridad Albacete es, hasta la fecha, la única mujer que dirige un centro, en este caso la Escuela de Enfermería, aunque ya ha manifestado que no se presentará a la reelección al cargo en la próxima convocatoria de elecciones.
Aunque la presencia de los hombres es mayoritaria en la UCO, las mujeres poco a poco van ganando terreno en algunas facultades como profesoras. Es, por ejemplo, el caso de la Facultad de Ciencias de la Educación, el único centro en el que el 53,3% de su profesorado es mujer. Ciencias del Trabajo es también otra de las facultades con amplia presencia femenina, puesto que el 44,2% de la plantilla de docentes está formada por mujeres. En el lado contrario se encuentran la Escuela Universitaria Politécnica ubicada en Belmez, donde sólo dos de cada diez profesores es mujer, la misma proporción que la que se registra en la escuela Politécnica Superior.