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De mis lecturas vengo, por Antonio Martín Oñate

Recogemos en esta ocasión algunos fragmentos del pregón que Antonio Martín Oñate leyó para la inauguración de la Feria del Libro de Málaga del mes de mayo de este año que ya se acerca a su fin. El texto completo está disponible en la web de la AAB (ver enlace al final)

(…) Cuántos libros nos han atraído de tal manera que, en un momento dado, inmersos ya, irresistiblemente, en la íntima profundidad de su historia, aislados ambos –libro y lector– y envueltos en una atmósfera exclusiva, donde sobra todo lo demás y hasta queda por momentos suspensa y casi ausente la propia respiración, hemos presentido que aquello se acababa y, en ese mismo instante, hemos deseado que no fuese así, que surgiera, por favor, una causa, una circunstancia que prolongara tan placentero momento al que estábamos totalmente entregados… Es el poder de las palabras, que nos atrae y nos retiene, que nos premia o nos castiga, (…)

(…) El libro es un producto destilado que acoge aquello que está llamado a permanecer. En sus páginas sabios y experimentados artesanos de todas las disciplinas, de todas las facetas de la vida han ido depositando a lo largo de los siglos las fórmulas de las distintas ciencias, la memoria imprescindible de la historia, las pócimas impagables que nos conducen al reino de la fantasía y de lo imaginario, ayudándonos de esa manera a elevarnos muy por encima de nuestra condición primera de animales terrestres, sometidos a la inexorable ley de la gravedad.

(…) No sé en qué medida, pero estoy convencido de que somos fruto de nuestras lecturas.

(…) No dudo en asegurar que los libros me han ayudado a ir por el mundo, conformando mi conducta y salvándome no ya de peligros y tentaciones, sino de mí mismo.

(…) ¿Qué hubiera sido del mundo sin libros? Es cierto que antes que los hubiera –no sólo antes de los cinco siglos transcurridos desde que Gutenberg ideara la imprenta, sino desde antes incluso del pergamino y de las tabletas de arcilla– los hombres alcanzaron a transmitir oralmente conocimientos y experiencias útiles para sobrevivir en una naturaleza que les era hostil; pero también es cierto que esta comunicación verbal quedaba necesariamente reducida al lugar y al momento en que se producía.

(…) Fue la aparición de los libros lo que hizo posible el milagro de llevar de un extremo a otro de la Tierra lo que en cualquier lugar de ella fue fijado en sus páginas, salvando distancias y tiempo y contribuyendo decididamente al desarrollo de la Humanidad.

(…) Los enemigos de las libertades saben que un árbol sin raíces cae a poco que sople el viento y que un pueblo sin identidad propia es fácil de someter y aniquilar. Lo que somos, tanto a nivel individual como a nivel colectivo, se conserva en los libros.

Leer texto completo en web de la Asociación Andaluza de Bibliotecarios

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