La Biblioteca adquiere un manuscrito de Rafael Ramírez de Arellano
Córdoba artística y monumental: estudio artístico-histórico sobre las artes cordobesas
por D. R. R. de A. (Rafael Ramírez de Arellano)
La Biblioteca Central ha adquirido en diciembre de 2022 un manuscrito juvenil de Rafael Ramírez de Arellano. Con esta acción, se enriquece el número de obras sobre la localidad que se conservan en la Biblioteca. Esta obra no llegó a publicarse y es, por tanto, un ejemplar único, muy útil para conocer la evolución intelectual del autor.
Rafael Ramírez de Arellano fue un escritor e historiador cordobés, nacido en 1854 dentro de una familia local con destacados eruditos como Teodomiro, su padre, autor de Los Paseos por Córdoba. De joven había manifestado preferencia por la pintura, siendo estudiante en Córdoba y luego en Madrid, en la escuela de Bellas Artes, dirigida por Romero Barros, y posteriormente alumno del taller de Federico Madrazo. En 1874 es nombrado funcionario oficial de tercera clase de Administración, lo que le permite tener un sustento seguro y realizar investigaciones en los campos de la historia y del Arte. De esta forma, se convirtió en un escritor prolífero que publicó una serie de artículos en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, entre 1893 y 1915, y en el Boletín de la Real Academia de Córdoba, entre otros, y autor de una serie de trabajos monográficos.
El manuscrito adquirido lleva el título en portada: ”Córdoba artística y monumental: estudio artístico-histórico sobre las artes cordobesas“ por D. R. R. de A, fechado en 1875 (debajo, figura a lápiz, con caligrafía distinta y posterior: “Ramírez de Arellano”). Al final de la obra, el autor la firma con su nombre, apellido y rúbrica. Presenta un formato 4º (23 x 16 cm); está compuesta por 184 páginas y sus 46 cuadernillos cosidos y numerados se protegen con la clásica encuadernación holandesa del siglo XIX con tapas de papel al agua bicolor, lomo de piel liso con una sobria decoración de hierros dorados. Los cortes de la obra tienen barbas. El manuscrito no está ni paginado ni foliado, sólo numerados los cuadernillos. Por último, hay que añadir que el manuscrito es totalmente autógrafo, con algunas tachaduras y manchas de tinta.
La obra se estructura en una serie de capítulos ordenados cronológicamente:
Artículo 1º: Reflexiones sobre Córdoba desde la “dominación romana” al “estado actual”
Artículo 2º: Córdoba Romana
Artículo 3º: Córdoba árabe
Artículo 4º: Córdoba árabe
Artículo 5º: Córdoba árabe
Artículo 6º: Córdoba mozárabe
Artículo 7º: Córdoba cristiana (a partir de la conquista)
Artículo 8º: Córdoba cristiana (el siglo XV)
Artículo 9º: el siglo XVI
Artículo 10º: siglo XVI
Artículo 11º: siglo XVI
Artículo 12º: orfebrería: La custodia de la catedral
Artículo 13º: siglo XVII
Artículo 14º: siglo XVIII
Artículo 15º:Siglo XIX.
Ramírez de Arellano se basa en este trabajo en erudición local que desde siglo XVII había ideado una evolución de la ciudad pero sin poseer aún los conocimientos científicos. Estas informaciones se obtendrían ya en el siglo XX con las campañas arqueológicas de Velázquez Bosco, Feliz Hernández, Samuel de los Santos Gener y Ana María Vicent, que perfilarán con mayor objetividad el pasado histórico de la ciudad. Ante ese vacío, el autor en los capítulos destinados a las épocas romana y árabe de Córdoba, hace uso del lirismo. Aun así, ubica acertadamente Medina Azahara en la dehesa Córdoba la Vieja, siguiendo la hipótesis de Pedro Madrazo. Por otro lado, es interesante destacar la descripción de piezas de la colección arqueológica Villaceballos en el museo privado del mismo nombre, que con el tiempo pasará a Málaga. Además introduce en el texto la descripción formal de las obras arquitectónicas, pero sus apreciaciones estéticas siguen el gusto dominante de la época, despreciando todo lo barroco o churrigueresco. Otra aportación es el estudio de las obras pictóricas, situadas en distintas capillas de la Catedral como en las salas del Museo de Pintura y Antigüedades de la plaza del Potro. Pues muchos lienzos habían sido reunidos en este último espacio tras la desamortización religiosa de 1836 con el cierre de conventos religiosos. Ramírez de Arellano se centra en los pintores locales, esbozando una breve biografía, aunque las obras de pintores foráneos son mencionadas para que el visitante se pare y las observe. Por último, añadir que describe la pieza maestra de la orfebrería cordobesa: la custodia de Arfe. Introduce las artes decorativas en la visita a la ciudad de Córdoba. En resumen, nos encontramos ante un texto de formación y se encuadra dentro de las guías turísticas, una de las formas más antiguas y proliferas de la historiografía del Arte.
Años más tarde, Ramírez de Arellano volvería a escribir otra guía de la ciudad, titulada Guía artística de Córdoba o sea indicación de los principales monumentos y objetos de arte que el curioso o aficionado debe visitar en esta ciudad (Sevilla: Tip. de Enrique Bergali, 1898), donde reestructuraría el tema tratado anteriormente en el manuscrito de 1875. Organizaría el tema en tres grandes grupos: el gran complejo formado por la mezquita y catedral de la ciudad; su arquitectura religiosa; por último, la civil. En los preliminares de esta publicación el autor dice que “hace mucho tiempo que pensamos escribir este libro al considerar la falta de él que se nota en Córdoba”, alusión que entendemos se refiere al manuscrito de 1875, primer boceto de la guía.
Es intención de la biblioteca digitalizar este documento y poder ofrecerlo en breve a la consulta de cualquier investigador o interesado.
M.ª Dolores López-Mezquita Santaella