“Eros. La superproducción de los afectos”
El escritor, nacido en Barcelona en 1974, es profesor de Nuevos Ámbitos Literarios en la Universidad Pompeu Fabra, y con él obtuvo el premio Anagrama de Ensayo 2010.
Fernández Porto parte de la hipótesis de que el capitalismo ha dado al amor un matiz productivista, es decir, el enamoramiento no es un sentimiento desinteresado sino que adquiere connotaciones mercantilistas. Aún más, toda ruptura en la relación de una pareja supone a ambos, otra vez, introducirse en el mercado sentimental.
AÑADIDO
El pasado jueves 28 de octubre tuvo lugar en Radio Córdoba de la Cadena Ser un programa tertulia a modo de reunión del Club de Lectura. Asistieron varios de los miembros de nuestros clubes, más alguna otra persona invitada. El propio autor participó en la conversación desde Barcelona vía telefónica.
El programa, de algo menos de una hora de duración, puede ser escuchado en el siguiente enlace (archivo mp3 de 39’6 Mb):
http://www.radiocordoba.es/facebook/CLUBDELECTURA-EROS.mp3
noviembre 2nd, 2010 a las 14:12
La verdad es que el libro me resultó un poco árido. Y fue así, no sólo por su alto nivel de referencias y citas (de autores de muy diverso tipo), sino por una sensación de complejidad, una dificultad añadida para hacerme con su contenido, por un estilo quizás demasiado discontinuo para mi gusto.
Cada capítulo está compuesto de una manera diferente, incluído alguno en un tono cómico-satírico como aquel que comienza con una fábula sobre una visita a la cabaña del filósofo Heidegger, o ese otro compuesto en clave de ficción futurista con varios sketchs sobre un personaje que vaticina el derrumbre del mercado de los afectos, etc, etc.
Por otra parte, no me queda del todo clara cuál es la tesis del autor. Es evidente que el sistema actual, que él llama del “capitalismo emocional”, mercadea con cualquier cosa que se le ponga a tiro, incluídos los sentimientos y/o los afectos. Pero ¿da el autor su aprobación a ello?. Parafraseando aquello de “Otro mundo es posible”, ¿no hay, en este caso, otro regimen de transacciones posible? ¿no nos queda más amor que el de compra-venta?