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Informe de la autopsia de la biblioteca Universitaria 2050

“Insensible of mortality, and desperately mortal.” ­Shakespeare –

La biblioteca universitaria ha muerto.  A pesar de un diagnóstico temprano, la negación audaz frente a los síntomas cada vez más graves ha llevado a su deterioro y desaparición. La biblioteca universitaria murió sola, descuidada y olvidada por un mundo que en una ocasión la veneraba como el corazón de la universidad. En su lecho de muerte, se podían escuchar mascullar maldiciones en contra de Google y algo acerca de un gurú de la biblioteca del pasado llamado Ranganathan.

Aunque las causas de muerte son múltiples, el informe de la autopsia  destaca algunos de los factores clave.

1. Las colecciones de libros se volvieron obsoleta. Las colecciones totalmente digitalizadas de casi todos los libros disponibles en el mundo hicieron innecesarias las de libros impresos. Los estudiantes individuales ahora pagan por suscripciones a cualquiera de varios de los principales proveedores de libros digitales de acceso ilimitado. Los libros pueden ser visualizados en línea en cualquier momento o descargados a un dispositivo portátil. Algunas universidades han optado por suscripciones institucionales a colecciones de libros digitales, administrados por sus departamentos de informática. La mayor parte de estas colecciones se originaron en las bibliotecas físicas, que firmaron su propia sentencia de muerte con ofertas para digitalizar sus libros gratuitamente.

2. La formación de usuarios ya no era necesaria. Para competir con una nueva generación de motores de búsqueda, los proveedores de bases de datos se vieron obligados a crear herramientas más fáciles de usar, al igual que las bases de datos se hicieron más intuitivas y fáciles de usar, por lo que la formación de usuarios en el uso de herramientas arcaicas ya no era necesaria. Casi todas las cuestiones pendientes actualmente pueden ser respondidas por profesores (véase el número 3) o informáticos (véase el número 4).  La causa fue en gran parte propiciada por el trabajo de los bibliotecarios universitarios que facilitaron la mayor parte de estos avances en la tecnología de explotación de base de datos.

3. La alfabetización informacional se integró plenamente en los planes de estudios. Como cada docente incorporó la alfabetización en información en su programas de enseñanza, se convirtió en parte del programa general de estudios de las universidades. Fue la persistencia de los bibliotecarios, que en los últimos días de la biblioteca universitaria perdieron la fe en su capacidad de transmitir conocimientos útiles a los estudiantes, lo que propició la adopción universal de la alfabetización informacional. Los bibliotecarios también jugaron un papel clave en el desarrollo de los nuevos planes de estudio que incluían la alfabetización informacional.

4. Las bibliotecas y los bibliotecarios fueron adsorbidos por los departamentos de informática. Los Edificios de las bibliotecas se convirtieron en laboratorios de informática, espacios de estudio, y sedes para los departamentos de tecnologías de la información. La gestión de la colección se convirtió en una mera cuestión de mantener las suscripciones a base de datos recomendados por la facultad. La catalogación se convirtió en  ámbito exclusivo de los distribuidores de libros y colecciones de revistas (donde  a menudo ex-bibliotecarios contratados ayudan en el proceso).

5. Desaparecieron los Servicios de referencia que fueron reemplazados por los cada vez mejores motores de búsqueda y redes sociales, junto con los servicios de asistencia en tecnología de la información -que eran más baratos.  Sin necesidad de preocuparse de rango académico y las calificaciones profesionales, la mayoría de los colegios presentaron informes sobre el nivel de satisfacción de los estudiantes en relación con el coste del servicio.  Fueron los propios  bibliotecarios a  través del desarrollo de “niveles de referencia” quienes desviaron por primera vez las preguntas de referencia básica para que las consultas fueran respondidas por empleados no profesionales contratados por bajos salarios con una formación mínima.

6. Economía falsas de calidad Algunos administradores admiten que el anterior modelo de  bibliotecas y bibliotecarios proporcionaba mejores resultados que el nuevo modelo: Servicio personal, asistencia en la investigación profesional, el acceso a fuentes de información de alta calidad. Pero eran tan pocos los estudiantes que aprovechaban al máximo los recursos disponibles que los servicios ya no eran económicamente justificables. Desde que llegó a ser tan fácil y barato encontrar los recursos adecuados,  ya no fue una opción valida respecto a los problemas de liquidez. Fue la adopción generalizada de las primeras herramientas como Wikipedia y Google Scholar por parte de los bibliotecarios lo que abrió la puerta a considerar que  las bibliotecas universitarias y de los bibliotecarios eran un lujo prescindible.

Al mismo tiempo, la muerte de la biblioteca universitaria ha sido aclamada por muchos como un progreso y el siguiente paso lógico en la evolución de los sistemas de información.

En resumen, es muy posible que la vida de las bibliotecas universitarias podrían haberse salvado si la última generación de bibliotecarios hubiera concebido un camino más realista hacia el futuro y dedicando menos tiempo a tendencias anticuadas basadas en tópicos tales como  “Siempre habrá  libros y bibliotecas ” o  “La gente siempre va a necesitar de los  bibliotecarios para saber cómo utilizar la información. Los bibliotecarios plantaron las semillas de su propia destrucción y son responsables de su propia caída.

Brian T. Sullivan es un bibliotecario de la universidad de Alfred (N.Y. U.S.A.)

4 Respuestas para Informe de la autopsia de la biblioteca Universitaria 2050

  1. Juan M

    Si ese es el futuro de la Biblioteca Universitaria, ¿cuál es el de la Biblioteca Pública?
    En los USA especialmente, no pinta nada bien el futuro de las bibliotecas públicas. Quizás ni lleguen hasta el ahora mismo aparentemente lejano año 2050; en realidad, a la vuelta de la esquina, como quien dice.
    Ultraliberalismo, y progreso mal entendido, están cavando la tumba de este servicio público imprescindible para la democracia.

  2. doloreslome

    Lola:
    El texto firmado por Sullivan es un tanto apocalístico. De todas formas, Sullivan plantea un posible futuro, que nos obliga a hacer una reflexión: la biblioteca universitaria, y todas las demás, deben ir adaptándose a las situaciones, tanto estructurales como coyunturales. No es una institución estática, museística, sino que debe ser sumamente activa, en evolución constante. Su misión principal es pretar un servicio de información a la comunidad a la que sirva. Por ello debe ser lo suficientemente creativa y atractiva como para no desaparecer. Conocemos oficios que han ido desapareciendo a lo largo del tiempo, pero otros no. En parte, corresponde de a los bibliotecarios estar a la altura de las circunstancias, al intuir y prestar el servicio que sus usuarios necesitan hoy y a corto plazo. De otra, a los políticos y a la sociedad, mantener y hacer uso de cualquier tipo de biblioteca, física o digital, con material en cualquier soporte.

  3. cay

    En estados unidos no creo que desaparezcan. ¿Has visto la película de Seven? Se ve como se hace un uso de las bibliotecas para el seguimiento de determinados usuarios. Que informáticamente se puede hacer el mismo rastreo pero también es más fácil de falsificar.

    En cualquier caso hay un trabajo en las bibliotecas más allá del de reponer los libros. Selección y la auditoría de lo más consultado para mejorar el servicio son cosas que aun no se pueden informatizar. Quizás si que desaparezca el papel y la imagen que tenemos de las bibliotecas y se dividan en dos; las nuevas bibliotecas totalmente informatizadas y los archivos históricos, que serán los únicos que guarden las cosas en papel.

  4. José Luis

    La última parte del artículo, como corolario, el autor culpa de su desaparición al único personaje posible: el bibliotecario -una especie de harakiri profesional-.
    La sociedad actual está viviendo cambios a tal velocidad que es imposible, para un individuo, mantenerse al tanto de las novedades y sus aplicaciones. La mayoría nos desbordan. No obstante es importante mantener la vista fija en aquellos campos que son de nuestra incumbencia; en este caso, la biblioteca.
    Las catástrofes no llegan de un momento a otro sin previo aviso, siempre hay voces gritando, señales apareciendo en uno u otro momento; lo importante es saber escuchar esas voces y saber interpretar las señales.
    En nuestros días, todos los cambios citados por al autor ya se están dando, en mayor o menor medida, en las bibliotecas, y se asentúa más en las especializadas y las universitarias que irremediablemente están utilizando cada vez más tecnologías y con ello, más información digital.
    No estoy seguro de que esto lleve a la desaparición de la biblioteca universitaria. Me atrevería a decir que no! De lo que sí estoy seguro, es de que tendrá que evolucionar y el bibliotecario con ella.
    La forma de tratar la información y proporcionar servicios en las bibliotecas altamente tecnologizadas ha cambiado ¿porqué no habría de hacerlo el profesional que provocó el cambio?
    Los bibliotecólogos debemos hacer patente nuestra participación en la sociedad y en los cambios necesarios para un mejor futuro como profesionales y como sujetos sociales.

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