Reivindicación del Pensamiento Lento
Ya conocíamos el Slow Food, movimiento italiano surgido contra la costumbre de la comida rápida (a menudo, “comida basura”) y a favor de las comidas reposadas, o el conocido como Movimiento Slow, que promueve calmar o ralentizar las actividades humanas en general.
Ahora hemos sabido de un nuevo movimiento llamado Slow Science o Ciencia Lenta. Han elaborado un muy breve manifiesto disponible en inglés en esta dirección o en una no muy buena traducción (con google translate) en esta otra.
En la gestación de este movimiento parece haber tenido mucho que ver el documentalista norteamericano Eugene Garfield, fundador del ISI, Institute for Scientific Information, y creador del famoso índice de citas Citation Index.
Reproducimos aquí nuestra traducción del último párrafo de este manifiesto, y nos sumamos a su reivindicación de la necesidad de tomarse el tiempo necesario para pensar:
“(…) Necesitamos tiempo para pensar. Necesitamos tiempo para digerir. Necesitamos tiempo para mal interpretarnos unos a otros, especialmente cuando fomentamos el diálogo perdido entre las humanidades y las ciencias naturales. No se puede decir continuamente lo que significa nuestra ciencia, para lo que será buena, porque simplemente no lo sabemos aún. La ciencia necesita tiempo.
Quédate con nosotros mientras pensamos”.
Fuente inspiradora para este artículo: Ciencia 2.0 y "slow science" en blog Documentación, biblioteconomía e información
octubre 11th, 2011 a las 22:33
Hola: Creo que la ciencia necesita tiempo para que la hipótesis se convierta en tesis. Un periodo, y puede ser largo, en el que una idea se ensaya mil y una veces hasta dar con la fórmula exacta. Pero eso, también sucede en las otas ciencias, sociales y humanas. Nunca se habla de los años que un equipo dedicó a investigar un fármaco, ni del tiempo que se tardó en elaborar una fórmula matématica y ni de las horas en vela que pasó un escritor hasta ver manuscrito finalizado. Todo el avance de la humanidad se debe al esfuerzo, dedicación y tenacidad de unas personas que no se dieron por vencidos ante las máas diversas dificultades. Debemos todos agradecerles esa fortaleza.
Sería bueno además, en una época en que la novedad es publicidad por sí misma, reflexionar un poco sobre lo que suponen los avances en cualquier rama del quehacer humano. Éstos no se deben a la visita del mensajero de los dioses y o de una musa, sino a un gran trabajo silencioso y constante.