Categorías

Entradas anteriores

Etiquetas

Avilés y el fondo de Colonias de Ultramar (Cuba y Filipinas) de la Biblioteca Municipal de Córdoba

La Red Municipal de Bibliotecas de Córdoba posee una numerosa colección de libros que forman parte del Patrimonio Bibliográfico Español. Además del valioso Fondo Antiguo (hasta 1800), hay que reseñar un interesante Fondo Histórico, correspondiente a aquellas obras del denominado periodo de la imprenta mecánica. Estas últimas son el producto de un trabajo en el que el material y los procesos son ya de tipo industrial. Sobresale por su rareza una colección de libros que tratan el tema colonial de las regiones de Ultramar, datada en las últimas décadas del siglo XIX. Este fondo es producto de la donación de la biblioteca particular de Ángel Avilés Merino a la Biblioteca Municipal de Córdoba (1922), actualmente conservado en la Biblioteca Central.

Hasta la fecha se han recatalogado todas sus obras anteriores a 1800, sumando un total de 94 ejemplares, y otros 530 pertenecientes al fondo histórico, quedando aún por describir gran número de libros siglo XIX. Por su singularidad, destaca la Colección de Ultramar, en total 94 ejemplares de tema filipino- cubano, procedentes de su etapa como director general.

Retrato de A. Avilés por Mejia Márquez

Retrato de A. Avilés por Mejia Márquez

La temática de esta Colección de Ultramar es bastante amplia: libros de derecho y legislación relativas a estas colonias (penal, civil, administrativo…); enseñanza (desde catecismo hasta catálogos de bibliotecas); ensayos políticos para conocer la realidad Filipina; lenguas y diccionarios indígenas; antropología filipina; conferencias y discursos dados en Filipinas o Cuba en esos años por personalidades relevantes; y novelas y poesías publicadas en la Habana, Manila o Madrid. Estos ejemplares raros se conservan, en parte, en grandes bibliotecas como la Biblioteca Nacional de España, Biblioteca del Estado Berlín, en la Biblioteca de Congreso de Washington o en la Biblioteca Especializada de AECID pero la rareza es encontrarlos en una biblioteca municipal. Esto se debe al fuerte vínculo de Ángel Avilés con su ciudad natal.

Ángel Avilés Merino había nacido en Córdoba el año 1848. Había estudiado, primero en su ciudad natal, Instituto Provincial de Córdoba, y después en Granada, Facultad de Derecho. Con posterioridad, se encausó en la carrera administrativa, llegando a ser Director General de la Administración Civil en Filipinas entre 1893 y 1895, bajo el ministerio de Víctor Balaguer.

Balaguer estaba bastante interesado en el asunto filipino, enfocándolo hacia un desarrollo económico de las islas e impulsar, también, las relaciones hispano-filipinas en base al mestizaje. Estimuló el desarrollo artístico, artesanal, agrícola y comercial de las islas y, también, un conocimiento más profundo de la singularidad de las mismas. A este respecto, propicio la Exposición General de las Islas Filipinas, celebrada en Madrid en 1887 y que fue todo un éxito, por lo que el ministro se propuso repetir las muestras con exposiciones especializadas de temas filipinos cada 3 o 5 años. Para ello nombró a Ángel Avilés Director General de la Administración Civil, quien organizó la Exposición Regional Filipina de 1895.

Según Sánchez Gómez, el talante abierto y liberal del Director fue primordial en el feliz desenlace de la presentación. Terminada esta gestión, Ángel Avilés regreso a Madrid, detentando otros cargos políticos como el nombramiento de Senador (1901). Así, es necesario comentar la existencia de un álbum con recortes de artículos periodísticos que se conserva en la Biblioteca, que debió de organizar el mismo Avilés (FA-0105-5-023)

La política de renovación colonial desarrollada desde el Ministerio de Ultramar en esos últimos años, se concretó en la mejora de las relaciones económicas, políticas y administrativas con Filipinas. Pero España era ya una potencia de segundo orden. Poseía aún dos ricos enclaves, las islas en las Antillas y las del Pacífico, que eran anheladas por otros imperios coloniales. El desenlace, conocido por todos, fue la pérdida de las colonias.

Ángel Avilés murió en Madrid en 1924. En una semblanza se reseñó que fue político, poeta, periodista, pintor, crítico de arte, traductor de obras inglesas y almenas, bibliófilo y coleccionista de pinturas. Años antes, en 1922 había donado al Museo Provincial de Bellas Artes de Córdoba su colección de pinturas y a la Biblioteca Municipal Córdoba, su biblioteca.

Desde la Red Municipal de Bibliotecas de Córdoba, invitamos a que consulten en nuestro catálogo la Bibliografía “Colección Ultramar. Cuba y Filipinas”

Córdoba mayo 2020
Mª Dolores López-Mezquita

Dejar un comentario

*