Revolución en la Biblioteca
Malos tiempos para los servicios públicos que garantizan que todos tengamos acceso a unos mínimos básicos de sanidad, educación, cultura e información.
La crisis -esa forma de llamar a este nuevo y salvaje movimiento del capitalismo financiero- está siendo la excusa perfecta para acabar con lo que denominamos “Estado del bienestar” que es en realidad el conjunto de derechos que los ciudadanos hemos ido conquistado a lo largo de decenios.
El Gobierno de conservadores y liberales-demócratas del Reino Unido ha abierto la batalla contra las bibliotecas públicas. Por ahora se han encontrado con la oposición inteligente y decidida de los ciudadanos.
Lee la noticia en el blog de Walter Oppenheimer
enero 28th, 2011 a las 01:51
Este tema es tan superinteresante, que merece una reflexión de algo más de 15 segundos para contestar. De modo que lo haré otro día. y temblar malvados cerradores de bibliotecas.
febrero 10th, 2011 a las 00:10
No estar a favor de los malvados cerradores de Bibliotecas no implica estar a favor de la gratuidad. Retirar un libro requiere que alguien está allí para comprarlo, traerlo, recibirlo, clasificarlo, ponerlo en un estante, meter los datos en un ordenador o una ficha, poner el nobre de quien lo solicita, etc, ¿y todo esto gratis?, ¡venga!, solo los cazadores del voto están dispuestos a llevar esto a sus últimas consecuencias, para al final tener que cerrar por falta de pelas.
Saludos
febrero 10th, 2011 a las 09:19
La finalidad con la que se creó la biblioteca pública, y sigue siendo (aún más) válido en nuestros días es garantizar a todos el acceso a la información y a la cultura. Para que ello sea posible es imprescindible que estos servicios sean gratuitos, si no estaríamos impidiendo su utilizaciñon precisamente a quienes más lo necesitan.
Aún así, las bibliotecas públicas anglosajonas prestan sus servicios de forma gratuita, pero requieren el pago de una cantidad (que no suele ser meramente simbólica) para obtener el carné de usuario.
Otra cuestión distinta es si la financiación de estos servicios debe correr íntegramente a cargo del Estado. Las bibliotecas -como cualquier otro servicio público- deben hacer un esfuerzo permanente para gestionarse de la forma más eficiente y paralelamente, buscar fuentes de financiación alternativas, como los patrocinios, la colaboración con otras instituciones y empresas e incluso la ventra de algunos de sus productos más especializados o personalizados.
Lo alarmante de esta situación es que las bibliotecas que se quieren cerrar no son precisamente parásitos del presupuesto estatal: se financian en parte con las cuotas de sus usuarios, disponen de acuerdos de patrocinio y venden a empresas servicios como la documentación sobre aspectos concretos relacionados con su sector de actividad.
febrero 13th, 2011 a las 00:03
¿Crees, invisible RafaRuiz, que es la gratuidad la que hace lectores o favorece el paso a la lectura?. Grave error, la gratuiddad echa abajo las ganas, pues solo lo que cuesta gusta. Independientemente de las ayudas europeas, solo desde que se paga un pastón para visitar la Catedral, dicho al gusto de los dueños, hay que hacer cola; lo que no ocurre con la gratuidad del museo Arqueológico o del Museo Julio Romero. Más aún, la Biblioteca Municipal de Córdoba, la central, magnífica por cierto, no solo es utiliada para buscar libros o sentarse a leer o el estudio, sirve además como abrigo y reposo del mal tiempo y del bullicio. Es más utilizada por los vecinos del barrio que por los del Higuerón, que tambien son Córdoba. Si alguien vá a leer un par de diarios, además de disfrutar de un excelente clima, merma los ingresos de una empresa privada que vive de la venta de esos periodicos que se le ofrecen gratis.
La frase mágica es esa de para garantizar a todos el libre acceso a la información y a la cultura, pero deja de tener la dulcura de ls cuentos creibles cuando se añade que para ello es imprescindible la gratuidad. ¡Que va!, menos aún cuando a la salidad se toma el lector la cervezilla con caracoles, que sin duda es más costoso que los 25 céntimos de euro que se cobraría por leer periodicos o llevarse un libro a casa.
Pero puesto que España es un país subencionado de norte a sur, pues se condenará a muerte a quien diga lo contrario.
De modo que lo retiro todo y saludos
febrero 15th, 2011 a las 14:38
Franisco, se trata de elegir un modelo de sociedad que tendrá su reflejo en un modelo de Estado. Por un lado podríamos tener el “sálvese quien pueda”: si puedes pagarte una operación (o la educación de tus hijos, o el acceso a una vivienda), te salvas y, si no, has elegido muerte. En otro lado podríamos poner un Estado que nos cubriera todas las necesidades, seguramente también la de pensar y decidir por nosotros mismos. La tradición europea se ha movido entre estos dos polos, buscando el consenso para determinar lo que debe garantizarse a todos con la caja común y lo que corresponde pagar a cada uno por su cuenta.
Yo soy de los que piensa que el acceso a la cultura y a la información no debería estar impedido por barreras económicas (ni por ninguna otra) sin que esto signifique que deba ser siempre gratis para todos. Pero no era ésta la cuestión inicial, sino cómo refleja el signo de los tiempos el hecho de que las bibliotecas públicas británicas, pioneras en Europa, completamente arraigadas en la sociedad, altamente valorada por los ciudadanos y ¡ojo! financiadas en buena parte por sus usuarios directos y por recursos privados que obtienen la biblioteca, pretenden ser liquidadas para sacrificar los magros ahorros que supondría su cierre en el sacrosanto altar de Los Mercados.
Saludos.
PD. La Biblioteca Central es más utilizada por los vecinos del barrio que por los de El Higuerón. Es lógico: los vecinos de El Higuerón tienen más lejos la Central y además disponen de una magnífica biblioteca de la Red Municipal en su barrio.
PD 2. La lectura por varios lectores de un mismo ejemplar del diario (ya se haga en la biblioteca o en el bar) no merma los ingresos de la empresa editora, pues, como es bien sabido, los ingresos por los periódicos no están tanto en su venta cómo en la publicidad que se contrate, y ésta es más abundante y cara en función del número de lectores (no de compradores) dato éste que siempre reflejan muy bien los estudios de medios.
PD 3.¿La gratuidad favorece el paso a la lectura? Sí. Si cerráramos la Biblioteca Central se realizarían 85.000 lecturas menos al año en Córdoba y habría 20.000 personas menos con Tarjeta de Lector para continuar leyendo. Y créeme que una buena parte de éstos se aseguran de que no se les va a cobrar nada (porque no pueden pagarlo) antes de tomar un libro en préstamo.