Tirando de Hemeroteca (2): Así son nuestras bibliotecas
Al igual que en la anterior entrada de 2 de marzo, reproducimos hoy aquí otro artículo que hemos rescatado de la hemeroteca. Se trata del publicado en diario Córdoba el 26 de septiembre de 1980. En él, y con datos de una entrevista hecha al director de entonces, José de la Torre Vasconi, se da un repaso a la situación y planes de la Biblioteca Municipal.
Por suspuesto, se está hablando de la Biblioteca Municipal en su antigua sede de la calle Sánchez de Feria.
La Municipal, un bello edificio que aloja una buena muestra de temas cordobeses
Dotado de tres salas (de lectura, investigación y hemeroteca), carece en cambio de suficiente espacio para el depósito de fondos. Existe, dice José de la Torre, el director, un proyecto de obras de ampliación del edificio.
Siguiendo el recorrido que ayer iniciáramos por nuestras bibliotecas públicas, visitaremos hoy la Municipal, enclavada en la artística Casa de los Guzmanes. Se creó hará casi un siglo, según nos cuenta su director José de la Torre Vasconi, como centro bibliográfico anejo al Archivo Municipal, hasta que poco a poco fue adquiriendo entidad propia como tal biblioteca. Durante varios años ha permanecido cerrada, hasta que en marzo del actual se volvió a abrir al público (especialmente universitario), tras realizar obras de ampliación y remozamiento de las instalaciones, cuyo resultado ha sido, además de proporcionar al edificio una gran belleza, dotarlo de tres salas divididas del siguiente modo: una sala de lecturas, con capacidad para setenta plazas, otra destinada a investigadores, con dieciséis puestos y, por último, la sala de Hemeroteca, con sitio para ocho lectores.
Nos sentimos orgullosos, dice el director, de la labor que vienen realizando nuestros investigadores en este centro, que cada vez se incrementa. En estos días hay un equipo que trabaja a las órdenes de José Manuel de Bernardo, agregado de Historia Moderna de España de nuestra Universidad, que viene realizando un interesante estudio sobre el movimiento de la corporación municipal cordobesa.
En el fondo hemerográfico destacan , entre otras, la colección completa del “Defensor de Córdoba”, regalada por el periodista Daniel Aguilera Camacho, antiguo propietario y director del centro, y que abarca desde los años 1897 a 1938. Otra colección importante es la del “Diario Córdoba” y la de “La Voz”, periódico que pasó a llamarse “Azul” y posteriormente “Córdoba”. Título que conserva en la actualidad.
Componen además el fondo revistas de diversa antigüedad y sesenta títulos modernos a los que la Biblioteca Municipal está suscrita.
Nuestro fondo bibliográfico en cuanto a volúmenes antiguos, comenta José de la Torre, es más bien modesto. Sólo disponemos de dos incunables, algunos manuscritos relativamente modernos, ya que datan del siglo pasado, y unos treinta mil ejemplares más modernos, incluyendo folletos y revistas. De cualquier forma, continúa, lo que principalmente vienen buscando nuestros lectores son libros relacionados con temas cordobeses, de los que estamos bien nutridos.
Recientemente, nos cuenta, la corporación ha aumentado el presupuesto que reserva para el incremento del fondo bibliográfico a millón y medio de pesetas, cifra nada desdeñable si se compara con las doscientas mil que hasta hace poco venía asignando. Para la adquisición de revistas se han reservado doscientas mil pesetas destinadas a encuadernaciones.
Aunque no nos podemos quejar del número de plazas de lectura, dice el director, sí que tenemos un gran problema en cuanto al espacio destinado a depósito de fondos. En este sentido, existe un proyecto de ampliación que irá a un próximo presupuesto extraordinario. En principio está previsto para noviembre ampliar el archivo y la biblioteca a costa del edificio que tenemos al lado, que pertenece también al Ayuntamiento. Yo he propuesto en torno al tema que, una vez iniciadas las obras, los depósitos se hagan con un sistema compacto de estanterías, lo que duplicará la capacidad de la sala.
Otro problema que nos refiere es la falta de personal suficiente, lo que le impide abrir la biblioteca por la tarde, hasta que el Ayuntamiento pueda concederles más funcionarios. Por ahora lo componen cuatro ordenanzas, dos administrativos y el director. Estamos tratando, dice éste, de mecanizar la elaboración de ficheros, por el sistema de catálogo-diccionario, con lo que se agilizará la labor de los lectores e investigadores.