Un chico, aún demasiado pequeño para que se le olviden las cosas, nos cuenta la historia de un antiguo vecino suyo: S. Peltoonen, un personaje tan cotidiano como misterioso, que tendía la ropa recién lavada con la misma naturalidad que las hojas de lechuga, disfrutaba del silencio solo interrumpido por el goteo de un grifo y arrancaba preciosas melodías a su langspil. Había nacido en Islandia y vivido en el mundo de entero, viajando con una troupe de circo y persiguiendo un amor: Leonor.
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